viernes, 29 de abril de 2016

Del PPA a las TIC


Imagen extraída de internet

Ahora cuando se sugiere el proyecto, para la resolución de problemas como estrategia didáctica, a utilizar en la implementación de las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje, he recordado una reforma curricular de hace mas veinte años, que incluía los denominados PPA o Proyecto Pedagógico de aula constituían  un instrumento de la planificación de la práctica pedagógica del docente, centrados en el alumno, mas específicamente en sus necesidades, en el que se correlacionaban todas las áreas de conocimiento.
Se perseguía el aprendizaje significativo, siguiendo los postulados de Piaget y VIgotsky entre otros, se ubicaba al alumno en un rol activo, en un proceso de investigación basado en la práctica  y en la evaluación de procesos.
El punto de partida de el diseño del proyecto era un problema que se presentara en el grupo de alumnos o en la institución escolar. De esta manera se contextualizaba el desenvolvimiento del alumno en el entorno de su aula, su escuela y su comunidad.
Se estructuraban los contenidos en ejes transversales, de forma tal, de dar coherencia y estructura al diseño curricular de etapa y de ciclo.
Se basaba este enfoque en un aprendizaje respetuoso de las diferencias individuales y promotor del trabajo colaborativo y de compromiso grupal.
Las decisiones consensuadas y las responsabilidades compartidas desarrolladas en el alumno, le dotaban de habilidades para su desempeño exitoso en sociedad. La planificación por proyectos permitía atender a la diversidad de necesidades e intereses y determinar hacia dónde ir de la manera más económica y eficiente posible.
Con respecto a la factibilidad, se entendía el PPA como la respuesta a una realidad concreta, que correspondía tanto a la organización como a la ambientación del aula, a la distribución del tiempo, espacio y a los recursos con los que contaba la escuela y la comunidad.
En relación con los medios y los recursos se proponían al alumno un conjunto de materiales escritos y audiovisuales, de los cuales seleccionaba los que respondieran a sus necesidades y el docente se encargaba de la selección previa y de proponerlos y presentarlos al alumno.
Al vincular este modelo con la implementación de las TIC en el aula, en un proyecto educativo innovador,  observo muchos principios comunes, la diferencia fundamental reside en la ingente cantidad de recursos, información, medios para su divulgación que posee en la actualidad el docente y a los que el propio alumno tiene acceso en su vida cotidiana. El rol de gestor y organizador de la información que ahora realiza supone el dominio de nuevas herramientas, promover el establecimiento de redes de conocimiento, supervisar y sobre todo guiar el proceso.
No se estaba tan lejos entonces, desafortunadamente los cambios curriculares requieren del docente, pero también de voluntad política y de una actitud  comprometida con el cambio.











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